domingo, 27 de septiembre de 2009

El caballero y la luna

Bajo la sombra de un árbol me hallaba, mientras la miraba, su sonrisa, su pelo ondearse en el viento, ella me miraba de una manera alegre, y yo la correspondí con una sonrisa, con la mayor de todas las que podría haber esbozado...
Acércose a mí, y se tumbo junto al lado, me miraba, estaba mirándome con aquellos ojos tallados en cristal, aquella mirada que parecía tan cálida, pero, al igual que el cristal era fría y vacía.
Mi sonrisa no se desvanecía de mi cara, me levanté, y ayude a levantarse a ella tambien, cuando estabamos ambos de pié, le dije,
-''Sabía que nunca me abandonarías, ¿estarás conmigo tanto en los malos, como en los buenos momentos?''
-''No te preocupes, estaré contigo siempre, cuando estés decaido, yo lo estaré contigo, cuando sonrías, te acompañaré, y cuando llores, mis lágrimas acompañarán a las tuyas al río''

Hizo que volviera a sonreir, solo ella tenía la manera, no me explico cómo, pero sí, lo hacía, y yo me sentía dichoso, ¿Cómo podría permanecer junto a mí? no me lo explico... Ambos al principio hicimos una advertencia de que ibamos a hacernos daño, pero aquí seguimos, yo no desaparecí, y ella tampoco hacía amago de desaparecer...

Acaecía la noche, ella volvió a mirarme, pero esta vez sus ojos cristalinos, empezaron a llorar.
-''Lo siento''-dijo-''no puedo permanecer aquí, ahora estarás solo, lo siento mucho''

Corrí a abrazarla, quería decirle que no pasaba nada, que yo no iba a enfadarme, ni nada de ese menester, mientras lo decía, notaba como un cúmulo, como, abrazar aire...
Caí de rodillas, mire al cielo, vi el rayo de luna como me apuntaba, como cruelmente me iluminaba, y me iba dejando, entonces comprendí.

No te habías marchado, estás acompañándome siempre, y volverás al acaecer la noche, siempre vas a estar ahí, y yo postrado de rodilla ante el rayo de luna te esperaré por muy longeva que sea la noche.

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A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad. Antonio Porchia

1 comentario:

  1. Lástima que por muy longeva que sea, la noche, termina mueriendo.
    Un saludo y un canto de ballena. =)

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