jueves, 3 de septiembre de 2009

Cantata a la Luna

Que sosiego volver a sentirte, mi joven diosa, mi azul resplandor; sé lo sola que puedes sentirte ahí arriba, pero no te preocupes, yo siempre estuve en la superficie de éste terreno para poder volver a verte, respirarte, y simplemente deleitar mis oídos con la dulce melodía de tu voz, ¿pero que pasó?, ¿no has vuelto?, se que aún vives a tan alta altura que nunca podré llegar a tocarte; Ailith, diosa de la luna, desterrada sin razón por los dioses a un castigo tan cruel como el de la soledad, y eso me entristece, nunca quise combatir a los dioses, y menos oponerme a su voluntad, pero por tí, capaz de volverme diablo soy, quemando hasta con la última de mis sonrisas tu cárcel, haciéndote sentir menos desolada, ¿lo sientes?, sé que no, se que habitas tan lejos de mí, y lo peor aún está por llegar, porque ahora llega el Sol, tu maquillaje con el que te pones aquella máscara tan blanquecina y reluciente, tu ayudante para iluminar mi vida ahora eliminará la bella oscuridad, bloqueando que tu luz pase por mí, ¡qué celoso el Sol cuando intenta negar tu existencia con el amanecer!, ¡qué celoso yo al pensar que no volverás sabiendo que hay otro anochecer!

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