jueves, 3 de septiembre de 2009

Aprender, caer y respirar una vez más

Miradme una vez mas, frente a este acantilado, tumbado encima de la esponjosa tierra, la hierba acaricia mis cabellos, acaricia mi sonrisa, y hace que todo huela tan bien, ¿qué sensación es esta?, ya no crece el miedo, la luz solo sabe que acariciar con sus nítidos brazos mi cuerpo, ¿ahora es cuando me siento bien?, ¿solamente tumbado aquí?, este bocado de piedras ya no sabe a ceniza… sabe bien; las nubes son esponjas sobre mi cabeza, y ya no están mojadas, ¿esto es sentirse bien?, ya no hay nadie detrás mío para empujarme al acantilado, es más, este halo de luz impide mi caída, ¿es ésta la buena sensación?
Solo suenan violines, pianos, guitarras, y cada nota aclama mi nombre, pero no quiere llamar a mi caída, ¿será este confuso destino que me juega esta buena pasada?

Dime que es real por favor, y me quedaré tumbado aquí escuchando esta sonata celestial, dime que es real… que aquí para siempre me quiero quedar.

No golpean mares a este acantilado, sólo es golpeado por el aire que hace que suene la música, ¿esto buscaba?, supongo, si no… no estaría aquí, ¿será que el mundo quiere que continúe mi camino? Eso supongo… ya no vago solo, ya no hay oscuridad, ¿o quizás si?, quién sabe… Solo se, que quizás este solo, postrado ante este mar de sonidos, pero estoy acompañado.
Gracias luz, gracias piedras, gracias hierba, gracias música, gracias viento…

No me veréis volver a vagar solo en la oscuridad, ahora estaré aquí tumbado junto a vosotros, y quizás no me mueva, pero mi mente volará con todos.

He roto con el silencio, mi parte oscura vaga incierta, y volverá, pero espero que tarde en llegar.

1 comentario:

  1. Huelo surrealismo. Y tengo ganas de llenar los pulmones con más.
    Un saludo y un canto de ballena.

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