martes, 8 de septiembre de 2009
Dame una señal
Raspa contra mi espalda la corteza de este árbol, tumbado encima de la colina, bajo su sombra me hallo, y al otro lado… ¿Qué hay?, veo otra colina mas lejana, y ahí estabas tú, mirándome con aquella hipnotizadora mirada, aquellos ojos cuyos iris parecían estar tallados en ébano, aquel pelo que aún recuerdo haber visto cerca de mío, aireándome y enredándome, pero yo sigo aquí debajo de este árbol a su fresca sombra, y tu sigues fijando la mirada en mi, ¿qué pretendes, que me acerque a ti?, quisiera, es más, dispuesto estoy a rodar colina abajo para reunirme contigo, pero, dame una señal de que estás viva, solo pido eso, y reuniré el valor suficiente para bajar esta colina tan pedregosa de la que no puedo salir… ya que es mi valla, me sostienen y si caigo volveré a sangrar, pero pienso llegar a ti de cualquier manera, sostente en la sombra. Porque allí voy.
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