domingo, 27 de septiembre de 2009

El caballero y la luna

Bajo la sombra de un árbol me hallaba, mientras la miraba, su sonrisa, su pelo ondearse en el viento, ella me miraba de una manera alegre, y yo la correspondí con una sonrisa, con la mayor de todas las que podría haber esbozado...
Acércose a mí, y se tumbo junto al lado, me miraba, estaba mirándome con aquellos ojos tallados en cristal, aquella mirada que parecía tan cálida, pero, al igual que el cristal era fría y vacía.
Mi sonrisa no se desvanecía de mi cara, me levanté, y ayude a levantarse a ella tambien, cuando estabamos ambos de pié, le dije,
-''Sabía que nunca me abandonarías, ¿estarás conmigo tanto en los malos, como en los buenos momentos?''
-''No te preocupes, estaré contigo siempre, cuando estés decaido, yo lo estaré contigo, cuando sonrías, te acompañaré, y cuando llores, mis lágrimas acompañarán a las tuyas al río''

Hizo que volviera a sonreir, solo ella tenía la manera, no me explico cómo, pero sí, lo hacía, y yo me sentía dichoso, ¿Cómo podría permanecer junto a mí? no me lo explico... Ambos al principio hicimos una advertencia de que ibamos a hacernos daño, pero aquí seguimos, yo no desaparecí, y ella tampoco hacía amago de desaparecer...

Acaecía la noche, ella volvió a mirarme, pero esta vez sus ojos cristalinos, empezaron a llorar.
-''Lo siento''-dijo-''no puedo permanecer aquí, ahora estarás solo, lo siento mucho''

Corrí a abrazarla, quería decirle que no pasaba nada, que yo no iba a enfadarme, ni nada de ese menester, mientras lo decía, notaba como un cúmulo, como, abrazar aire...
Caí de rodillas, mire al cielo, vi el rayo de luna como me apuntaba, como cruelmente me iluminaba, y me iba dejando, entonces comprendí.

No te habías marchado, estás acompañándome siempre, y volverás al acaecer la noche, siempre vas a estar ahí, y yo postrado de rodilla ante el rayo de luna te esperaré por muy longeva que sea la noche.

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A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad. Antonio Porchia

martes, 15 de septiembre de 2009

sábado, 12 de septiembre de 2009

Cómo destrozar la razón de un hijo, esto no está escrito por una madre

Levantarse cada día, desayunar, ir al instituto, volver, y ‘’estudiar’’, esa es la supuesta tarea que nuestros padres nos han impuesto desde que éramos pequeños, bueno no siempre, ya que como es obvio nunca hemos ido al instituto a las 4 años.

Toda esta historia comienza desde que naces.
Ellos te sacan y ¡Toma!, nada mas nacer ya recibes la primera torta del mundo, sí, hablo de la palmadita en las nalgas que te da esa ‘’pedófila’’ llamada enfermera, ahí, y solo ahí empiezan los primeros llantos, y bueno, destrozan la poca razón que tienes, ya que… ¿Por qué dan la palmada? Bueno, por lo menos mis padres tenían una excusa, ‘’hijo, para que pudieras respirar y llorases’’, ¿esa es la excusa?, pues vamos, yo que sepa la vaca también nace, y es mamífera como nosotros, a ella nada más nacer nadie le da una palmada para que muja, y ahí las ves, pastando, pero nosotros como somos unos inútiles que no van a pegar un palo al agua en los próximos años que vivamos con nuestros padres, pues ellos nos lo quieren dejar bien marcado desde el nacimiento, como para decirte ‘’de estas vais a llevar a montones’’.

Bueno, dejando atrás el tema relacionado con la primera palmada, vamos a comenzar con las primeras lecciones que te dan.

1. cuando te enseñan a andar.

Ellos saben que no vas a andar ni de casualidad, por ello te empiezan a enseñar a andar desde poco más de los 9 meses.
Desde el momento que te dan la 1ª palmada se arrepienten, ya que luego tú vas a dejarles varias noches sin dormir, bien hecho, pero aún así ellos te van a planear la siguiente treta.
Sí, cuando te enseñan a andar. Ellos normalmente se ponen en cada extremo, normalmente, tu madre te pone de pié y tu otro padre se pone a oto extremo, que es donde pretenden que llegues, ¿qué es lo que pasa?, das el primer paso, y caes, como es obvio. Ahí se vuelven a desfogar tus padres, ¿por qué?, porque te has metido un mamporrazo increíble contra el suelo, quién sabe, igual lo manden a vídeos de primera para que se rían de ti, ahí destruyen otra parte de tu razón, ya que cuando tengas hijos querrás hacerles todo lo que te hicieron tus padres, y de veras, para los padres esto es un verdadero desahogo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Dame una señal

Raspa contra mi espalda la corteza de este árbol, tumbado encima de la colina, bajo su sombra me hallo, y al otro lado… ¿Qué hay?, veo otra colina mas lejana, y ahí estabas tú, mirándome con aquella hipnotizadora mirada, aquellos ojos cuyos iris parecían estar tallados en ébano, aquel pelo que aún recuerdo haber visto cerca de mío, aireándome y enredándome, pero yo sigo aquí debajo de este árbol a su fresca sombra, y tu sigues fijando la mirada en mi, ¿qué pretendes, que me acerque a ti?, quisiera, es más, dispuesto estoy a rodar colina abajo para reunirme contigo, pero, dame una señal de que estás viva, solo pido eso, y reuniré el valor suficiente para bajar esta colina tan pedregosa de la que no puedo salir… ya que es mi valla, me sostienen y si caigo volveré a sangrar, pero pienso llegar a ti de cualquier manera, sostente en la sombra. Porque allí voy.

El poeta mudo(2ª parte)

Un día el poeta le dijo a su amada:
-``Cariño, hace mucho que no me vienes a ver, cuéntame, dime ¿por qué?´´
-``Tu sigue escribiendo amor, no pienses mal de mí, esto no es una traición, tu sabes que todavía ocupas ese gran espacio en mi corazón.´´
-``Maldita seas, ¿por qué me engañas de ésta manera?, me ocultas que la fama y la gloria no ha podido contigo, como puede con cualquiera, desearía no haber nacido con este don, para que no te dañaras, ¿pero qué digo?, fui yo, yo te metí en este gran mundo maligno.´´
-``Basta de angustias amor, deja los problemas, olvida ya las penas, nada va a pasar, no te preocupes, todo estará en paz, escribe, dale rienda suelta a tu imaginación, y cuando llegue el día, ruego que no llegue, demostrarás que me quieres con todo el corazón.
-``De acuerdo, seguiré escribiendo, pero no haré nada más, en cuanto te paguen el dinero por el libro de poemas, prométeme que lo dejarás ´´.

Ella abandonó la habitación, él se quedó triste y cansado, un poeta que no puede escribir poemas, el pobre está agotado, entonces... su lamento comenzó, pobre poeta, pobre que de tener a la persona que más quiere, tiene a la persona que más añora.
Escribió, escribió con un llanto desolador, lágrimas, truenos, todo centelleaba esa noche, el poema había acabado, todo había terminado, había creado el poema de destrucción que ella había deseado.
Se le entregó a su amada, ella contenta ya que tenía el último poema que había prometido.
El editor observaba aquel supuesto trabajo realizado por la preciosa dama, entonces éste miró a la mujer con una cara muy extraña.

-`` ¿Usted me toma por ingenuo?´´
-`` ¿Por qué me pregunta eso señor editor?´´
-``Éste poema no le pertenece, muerte y destrucción pertenece a don Juan, el mismo don Juan que desapareció misteriosamente
-`` ¿Cómo puede decir eso señor?, yo no conozco a ningún don Juan, ni a nadie que se le asemeje.´´
-``Dígame usted ¿por qué se intenta beneficiar de don Juan tan malvadamente?, yo no tolero este tipo de actos, sal de aquí, desaparece, no quiero volver a oír tu voz ni siquiera dentro de mi mente.

Sudores, escalofríos, miedo sentía ¿El hombre al que dejó de amar, le traicionó, así sin mas?, ¿por qué?, ¿era el castigo que a ella le esperaba?
De repente se apareció un hombre, llevaba un enorme chubasquero y un gorro de lana.

-``Hola, ¿por qué llora, pobre mujer desconsolada?´´
-``Mi amado, al que tanto idolatraba, me ha engañado vilmente, como si fuera una retrasada ´´
-`` ¿Por qué te demoras?, debe estar en casa, yo en tu lugar, iría a su morada y la muerte le daba.
-``No es mala idea señor, iré a clavarle una estaca, ya que este vampiro al que iba a considerar mi marido, conmigo no acaba.

Se dirigió hacia su casa, subió hasta el desván, allí no estaba, se arrodilló, una lágrima recorrió su cara, con toda su furia arrojó su estaca, se levanta, atraviesa la habitación a zancadas, se arrojó por la ventana, un chillido de dolor, su vida se daba por acabada.
Una sombra recorría su cuerpo, era el poeta que había vuelto, de repente, cuando él se dio por acabado, apareció ese hombre misterioso de chubasquero y gorro de lana, si ese mismo que dijo a su mujer que al poeta matara.

-``Quiero hacer un trato contigo chico, te devolveré a tu amada, te devolveré tu sonrisa, solamente firma aquí chico, todo irá bien.´´
Él firmó; de repente se sintió vacío, sus ojos pálidos se tornaron, la sonrisa de aquel personaje se hacía cada vez mas grande, mientras que su mujer se levantaba, controlada al igual que una marioneta recién comprada, pero de repente se derrumbó, ella no aceptó su alma, ella rechazó su amor.

Él siempre estuvo oculto en la sombra, ella le traicionó, él vendió su alma por ella, pero ella la rechazó.
Ésta no es una historia trágica, no, dolor y sufrimiento, ésta es una auténtica historia de amor.

El poeta mudo(1ª parte)

Comentario previo del autor:
Se que quizás a forma de expresión y la cohesión de este relato no sean de mucha calidad... este relato fue escrito hace 3 años, cuando apenas había evolucionado como escritor, pero aún así espero que lo disfruten, sin mas dilación, aquí tienen ''el poeta mudo''.
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Él siempre estuvo oculto en la sombra, ella siempre deslumbraba a la gente con su perfección. El escribía frases para ella, ella llegaba al público con su melodiosa canción.
Ésta es la historia del poeta que nunca supo llegarme al corazón, la historia de dos almas, una que poseía el don y otra que lo aprovechó.

Los dos enamorados, por la villa paseaban, y apareció el feliz pregonero silbando una melodiosa sinfonía,
-`` ¿Cómo es que usted está tan contento señor?, ¿algún suceso alegre en este maravilloso día le aconteció?
-``Sí señor ´´ - Contestó - ``Hoy tengo el placer de anunciar a todo escritor, que la próxima semana será el día en el que los amantes gozan de su adquirido amor, veo que usted es de ellos, ¿Le gustaría participar, y enseñarnos el cien por ciento de su inspiración?´´
- ``Bueno, no estaría mal... ¿qué piensas tú mi querida Marián?´´
- ``No sé mi querido Juan... ¿tú crees que sería lo mas ideal?
-``Don Juan, ¡no me diga usted que no nos maravillará con sus grandes obras una vez mas!, sería una catástrofe este concurso sin oírle a usted rimar...por favor, prométame que usted participará ´´- Interrumpió el pregonero.
-``No se preocupe usted, yo rimaré y relataré como hice siempre, sin rechistar y complaciendo a la gente.-Respondió Don Juan alegremente.
-``Eso espero don Juan, eso espero ´´- Se despidió el pregonero.
Regresando a casa, don Juan bajó su sonrisa, Marián se preocupaba:
-`` ¿Qué pasó mi querido Juan, estas dolido?, dime que te sucede, quiero conseguir tu alivio.
-``La fama mi amada, la fama, ¿tanto asco me da la gente que tanto me aclama?
-``Juan mío, mi tesoro, ¿por qué no quieres escribir esos poemas que yo tanto adoro?´´
-``Sencillo, el dinero y la fama hacen que mis escritos sean pobres y hechos de mala gana, no quiero respirar pobreza, ni tampoco respirar una superioridad inhumana.´´
- ``Piénsalo, el poder no se te puede subir a la cabeza, eres una persona que está cuerda, por favor, déjame al menos presentar tu trabajo, y mostrarle al mundo cual es su belleza.´´
- ``De acuerdo, escribiré, pero mi amada, tú te llevarás toda la gloria y la fama, no la necesito, no quiero ni visualizarla, ¿estarás dispuesta a cargar por ella por mi, mi alma?´´
-``Sí es por ti moriría gustosamente mi amado, deja que yo cargue con la tristeza de la gloria que te tiene tan apenado ´´

Él, como un preso en su jaula, estuvo componiendo la mayor historia creada en el mundo, no había visto tan triste historia, desde la del tan traumatizado Segismundo.
De metáforas vestía su lírica perfecta, sueños, esperanzas, ilusiones, se escondía en un solo verso acompañado de sus respectivas anáforas. Mientras, su amada podía saborear su tan cercana victoria, ayudaría a su amado a salir de las memorias, siendo ella la que presentara la historia.
Semanas que pasaron como minutos, llega el concurso, tan aclamado por la gente, podrían ver a don Juan conquistando sus corazones al igual que hacía el mismísimo Tenorio, pero ¿cuál era la sorpresa?
Se produjo un revuelo, ¿dónde esta don Juan y sus poemas tan buenos? ¿Ha muerto? ¿Ha desaparecido?...no lo creemos.
Es extraño, aparece Marián a lo lejos...
-``Marián, ¿dónde está don Juan?, ha venido gente de otras villas solo para verle, ¿podría decirnos si al menos podremos recitar uno de sus poemas tan alegres?´´
-``Lo siento mucho señores, don Juan no ha decidido aparecer.
Miles de susurros crean el caos absoluto en la plaza de aquel pueblo tan repentinamente puesta de luto.
-``Pero aún así pensaba presentarme yo, ¿qué mejor poema puede haber que el que le dedico a mi amor?´´

Un juez se acerca, recoge el folio en el que la mujer había escrito.
Lo lee, se queda de un tono blanquecino.
-`` ¿Cómo puede ser esto?, esta estructura tan perfecta, estas rimas tan preciosas y serenas, dígame mujer, ¿esto es de usted?´´
-``Sí señor, y ¡Ay me mate Dios si mintiera!´´
-``Esto es increíble – el juez pasó el precioso poema a otro caballero -``Por unanimidad tenemos una ganadora, y parece que ésta ganadora puede llegar a superar a nuestro don Juan, pero demuéstranos esta capacidad que tienes... realiza unos cuantos poemas más...´´

Ella volvió a los brazos de él, él al ser informado de tan grata noticia saltaba de alegría, la mujer entonces le pidió otro poema... él se lo concedió encantado, escribiendo a la vez que disfrutando.
Dos días pasaron, el poeta le hizo entrega a su amada del poema escrito con el sudor de su propia frente.
El juez volvía a leer, esta vez iba acompañado, personas poderosas de otras villas venían a maravillarse de tan fantástico manejo de la lengua... si señor, debierais ver los llantos de los alcaldes al escuchar tan triste historia.

Y él siguió escribiendo a la vez que ella iba ganando todo lo que una mujer podía ganar. Fama, fortuna, y la mejor calidad de vida deseada para dar y tomar. En una gran casa a las afueras del pueblo, el poeta escribía en su desván, atrapando sus letras como ángel en vuelo.
Aunque, un tiempo después, la oscuridad se apoderó de aquella casa, ella le ignoraba, después de todo, era la fama y la gloria, todo el consuelo que necesitaba.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Cobardes

Siempre recordaré como aquellos seres, que vistiendo a la fría y oscura muerte, y en vez de guadaña, espada empuñaban, mientras suavemente proclamaban el himno de la batalla.... El fuego inundaba las calles, debierais ver los gritos de agonía tan desgarrantes que podían susurrar los últimos campesinos... Yo solamente corro, dejando toda mi vida anterior atrás, quiero escapar de vuestras maquinas de destrucción masiva artificial...
¿Por qué caballeros, venís a nuestras vidas destrozar? ¿Solo las órdenes de un señor feudal os privaron de vuestra humanidad, de vuestra ley y vuestro pensar?, ahora os proclamáis vencedores, y en vuestra tierra os considerarán héroes. Vendrán nuevos tiempos si señor, mejores para vosotros, peores para nosotros. En realidad somos todas marionetas, y nuestros hilos son tirados por el titiritero del poder, él decide nuestro destino, él os dará mejor vida... Y mientras corro, ellos me van persiguiendo ¿venís a privarme de mi vida también caballeros?, ¿no cesareis de perseguirme? ¿O acaso mi cobardía no os sirve de consuelo?, por favor, dejadme en paz... déjame ir ileso, por favor caballero... No apuntes tu fría lanza contra mí caballero... ¿no ves caballero? Vedme... ya estoy muerto, mi miedo ha poseído mi cuerpo, ¿veis?, no puedo andar... por favor... déjame marchar....
Noto cómo tu lanza hunde mi cuerpo caballero, siento su frío acero... mi cuerpo llora sangre... grande es mi agonía... grande es tu sonrisa, ente infernal.... Dios os ha privado del grácil sentido de la bondad... El honor os ha sido arrebatados... lo que me consuela de verdad es que nunca veré como os pudrís en vuestro propio infierno... ya que no siempre el malo ganará...

Tiempos mejores acontecerán, y yo no estaré para poderlos contemplar...

domingo, 6 de septiembre de 2009

EL círculo

Ella se ocultó, entre la oscuridad
Y a su alrededor, resplandecen llamas
Dama taciturna, ¿por qué no te veo?
¿Por qué cada vez que te alcanzo
Aparece este círculo de fuego?

Y me quema, no puedo pasar
Llagas tengo en las manos
Pierdo la cordura,
muero en este terreno solitario

Pero tu mano sale a través del círculo
Dice que vaya contigo
Que estaré a salvo
Y como espejismo, yo al final caigo
Y tropiezo de nuevo afuera
Con el cuerpo chamuscado

Otro día más
Yo seguiré esperando
Resguárdate en las llamas
Que da igual que arda con lo que yo he creado

Cógeme la mano
Tantas veces como quieras
Haz que arda
Como si de carbón tratase
Pero por favor
No permitas que me muera

¿SIn sentido?

¿Cómo te ciegas a ti mismo?, ¿como dejas de saborear lo que te rodea?, ¿Cómo hacerse el sordo, mientras oyes los lamentos de los demás?, ¿Cómo dejar de sentir su tacto?, es tan simple como dejar de oler la más bella de las flores…

Sigo inconsciente, su aroma sigue sin desaparecer de mi nariz, la flor que sigue acariciando mi cara con sus pétalos bañados en el suave rocío, mi sonrisa sigue intacta, pero ¿por qué el rocío llega a mis ojos? , hace que los abra, es tan brillante y húmedo… como una lágrima, sí, sin duda otra vez vuelvo a ver.

El rocío sigue recorriendo mi rostro, parece que empiezo a notar su paso, y a la vez que va recorriendo mi cara, voy notando la aspereza del suelo, bella flor, te puedo ver, te puedo oler, pero no te puedo palpar, deja que me mueva por favor, haz que recupere de nuevo el oído y de nuevo equilibrar mi cuerpo.

La flor se movió lentamente con el soplido del viento, el cual me susurraba, ‘’no vuelvas a caer, siempre estaré aquí, lame tus lágrimas, saboréalas, y dime que todo es una mentira, que en realidad eres feliz’’

Sonreí, ¿Quién sabe si podría volver a sentir?
Entonces me levanté, y vi como podía volver a oler, a oír, a saborear, pero tras esto, vi como la flor se marchitó, se cayeron sus pétalos, aquella rosa que tanto me ayudó, su rocío no se posaba en ella. Llorando la cogí en mis brazos, su pétalo, su tallo... y la abracé, de repente vi como la rosa me iba rodeando con sus raíces, e iba desvaneciéndose.
Otra vez el viento me susurró…
‘’Iré contigo donde vayas, creceré dentro de ti, te cuidaré aunque no lo sepas, y quién sabe, algún día podrás volver a olerme, no te preocupes, yo sí te quiero y te aprecio tal y como eres’’
Entonces yo giré la cabeza, y en mi cara apareció una sonrisa.
¿Quién sabe? El rocío puede que vuelva a mojar mi cara, pero yo andaré hasta que la lluvia pase.



COmentarios del autor
por supuesto que sin sentido, hoy en dia no hay ninguna meta, ya no quedan esas nimieces por las que antiguamente hubiesemos dado la vida... quizás no me creais. pero, el amor ha muerto, pero dentro del corazón.. ¿seguirá quizás teniendo cavida? ¿estará aun debajo de la carcasa superficial? yo no lo se... quizas vosotros hoy no me comprendais, pero... solo os diré una cosa, quizás el amor no haya muerto, ¡¡buscadlo!! quizás todos algún día hallemos esa luz guía, este lejos o cerca, sea como sea... ahi estarás siempre, nadie tiene derecho a vivir solo, y morir como tal el resto de su vida...
palabras de un romántico que quizás no haya perdido la fe...

viernes, 4 de septiembre de 2009

Oscuridad y sombras

Refulgía como una estrella, destellaba entre ellas, era la llama que ardía en mi interior, aunque yo sin saberlo, aquel fuego me quemaba lentamente y yo desconocía ese peligro. ¿Qué he de decir?, si por poseer oscuridad dentro de mi y la luz no quería aparecer, yo quería esa oscuridad, quería arder hasta el último pedazo de mi, y quise sufrir hasta el final con ese suplicio, ese... martirio; ¿qué pasó?, un día el llanto apagó esa llama, mi cuerpo chamuscado cesó mi auto incineración, y aquí esto, solo, apoyado en esta roca en la que me apoyo, la roca y las piedras supieron interceptar mis lágrimas, calmando mis sollozos, quisieron soportar mi cuerpo podrido encima de ellas, pero algo me faltaba, ya no resplandecía, la oscuridad consumía todo de nuevo, y ya no estaba ese fuego, pero... ‘‘¡Se hizo la luz!'', en el cielo apareció un nuevo fulgor, y ahora y durante las sombras, tu luz, la luz que iluminaba al fuego, la luz que ilumina mi cuerpo, tu eres y has sido aquel destello que permanece junto a mí, iluminándome.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Hamster

Aprender, caer y respirar una vez más

Miradme una vez mas, frente a este acantilado, tumbado encima de la esponjosa tierra, la hierba acaricia mis cabellos, acaricia mi sonrisa, y hace que todo huela tan bien, ¿qué sensación es esta?, ya no crece el miedo, la luz solo sabe que acariciar con sus nítidos brazos mi cuerpo, ¿ahora es cuando me siento bien?, ¿solamente tumbado aquí?, este bocado de piedras ya no sabe a ceniza… sabe bien; las nubes son esponjas sobre mi cabeza, y ya no están mojadas, ¿esto es sentirse bien?, ya no hay nadie detrás mío para empujarme al acantilado, es más, este halo de luz impide mi caída, ¿es ésta la buena sensación?
Solo suenan violines, pianos, guitarras, y cada nota aclama mi nombre, pero no quiere llamar a mi caída, ¿será este confuso destino que me juega esta buena pasada?

Dime que es real por favor, y me quedaré tumbado aquí escuchando esta sonata celestial, dime que es real… que aquí para siempre me quiero quedar.

No golpean mares a este acantilado, sólo es golpeado por el aire que hace que suene la música, ¿esto buscaba?, supongo, si no… no estaría aquí, ¿será que el mundo quiere que continúe mi camino? Eso supongo… ya no vago solo, ya no hay oscuridad, ¿o quizás si?, quién sabe… Solo se, que quizás este solo, postrado ante este mar de sonidos, pero estoy acompañado.
Gracias luz, gracias piedras, gracias hierba, gracias música, gracias viento…

No me veréis volver a vagar solo en la oscuridad, ahora estaré aquí tumbado junto a vosotros, y quizás no me mueva, pero mi mente volará con todos.

He roto con el silencio, mi parte oscura vaga incierta, y volverá, pero espero que tarde en llegar.

Cantata a la Luna

Que sosiego volver a sentirte, mi joven diosa, mi azul resplandor; sé lo sola que puedes sentirte ahí arriba, pero no te preocupes, yo siempre estuve en la superficie de éste terreno para poder volver a verte, respirarte, y simplemente deleitar mis oídos con la dulce melodía de tu voz, ¿pero que pasó?, ¿no has vuelto?, se que aún vives a tan alta altura que nunca podré llegar a tocarte; Ailith, diosa de la luna, desterrada sin razón por los dioses a un castigo tan cruel como el de la soledad, y eso me entristece, nunca quise combatir a los dioses, y menos oponerme a su voluntad, pero por tí, capaz de volverme diablo soy, quemando hasta con la última de mis sonrisas tu cárcel, haciéndote sentir menos desolada, ¿lo sientes?, sé que no, se que habitas tan lejos de mí, y lo peor aún está por llegar, porque ahora llega el Sol, tu maquillaje con el que te pones aquella máscara tan blanquecina y reluciente, tu ayudante para iluminar mi vida ahora eliminará la bella oscuridad, bloqueando que tu luz pase por mí, ¡qué celoso el Sol cuando intenta negar tu existencia con el amanecer!, ¡qué celoso yo al pensar que no volverás sabiendo que hay otro anochecer!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El letrista, la música y el jardin (2ª parte)

Al día siguiente, me levanté de la cama inconscientemente, mis pies me guiaban a las afueras del castillo, ¿qué me pasaba? Estaba hipnotizado; de repente me di cuenta de que algo atravesaba mis oídos, era música, una melodía suave, tan suave que mecía mi cuerpo, como si de un imán se tratase.
Andando estuve buscando el origen de aquel sonido; mis pasos llegaron a un descampado, en el cual se situaba una mujer encima de una roca. Su pelo era largo y rubio, y vestía un elegante vestido blanco; sus manos blandían un violín, el cual tocaba suavemente, parecía que vivía dentro de una burbuja y que si le hablabas estallaría aquella pompa, haciendo que la pobre mujer dejara de tocar. No pude evitarlo, me acerqué y la toqué el hombro.
Al mirarle la cara, parecía inexpresiva, una mujer bastante tranquila.
-Dime que deseas-me dijo.
-Hola, no pude evitar el escucharte, e hipnotizado por tu música vine a verte.
-¿Vienes a por mi música, o solo te conmueve el interés de mi belleza? Debes de ser otro hombre, nada más.
El letrista olvidado dijo:
-Músico frustrado soy yo, es más, quisiera demostrarte que mis líricas se mueven al son del paso de tus notas, de tu música, de tu armonía.
La chica me miró, dijo:
-¿En serio que mi música te inspira?
-Es más, yo vine hechizado por tu música, no por tu belleza.
-Pero…
-Necesito un favor, yo un trato hice con el diablo, y es un tema de suma importancia, necesito que vengas a vivir conmigo a mi castillo, necesito de tu melodía para vivir, pienso cuidarte como a las rosas que me tienes que ayudar a cuidar.
-No se si debería…pero supongo que no es de mi menester privar a nadie de mi música, sobretodo si me lo pide de corazón.
Ya sabes a que mujer me encontré ¿verdad?, sí, eras tú, y aún te recuerdo, a pesar de haber pasado tanto tiempo, ya que cada vez que te veo, veo en ti a la joven que solía tocar aquella melodía.
La melodía que me vio morir mientras íbamos al castillo, ya que era tu canción la que hizo que perdiera la vida, ¿sabes que tu canción dura 2 días? ¿Sabes que cuando llegamos al castillo, me viste morir cuando vi a las rosas marchitas?
Se nos apareció el hombre de la gabardina roja.
-Dije que cuidaras de las rosas, míralas ahora, todas marchitas, lo siento, te vienes conmigo.
Aún te recuerdo llorando al lado de mi cuerpo inerte, tus ojos claros se volvieron grises, lo recuerdo porque lo vi mientras mi alma se separaba de mi cuerpo, las rosas se marchitaron, y yo me fui con ellas, ahora solo me dedico a contarte cada día esta historia sentado junto a ti, mientras tu al lado de las rosas marchitas tocas esa canción que duró 2 días con aquel violín que tan bien sonaba.
Toca jovencita mía, ahoga tus penas, yo siempre estaré a tu lado, invisible como el aire que respiras, mudo como tus sollozos e inodoro, como el olor de tus lágrimas.

martes, 1 de septiembre de 2009

El letrista, la música y el jardin (1ª parte)

Aún sigo observándote.
Frío me encuentro sin duda, al igual que tu presencia allí.
Ya no hay sonrisas, ni siquiera tengo rostro para marcarla, mueres, y no hay otra cosa que dejar marchar a tu alma volando para que él la coja.
¿Qué quieres que te cuente ahora? Se que no puedes escucharme, se que al igual que yo estás helada, ojala al menos pudiese arroparte, pero ahora soy etéreo, si me permites, puedo relatarte nuestra historia, espero que mientras estés sentada puedas escucharme.

Yo situado en un castillo me encontraba.
Sus alrededores eran grises, al igual que yo, pobre y solitario que lo único que prestigio me daba era poder lanzar rayos de color con mis letras que incitaban a animar o entristecer a la gente; sí yo soy un letrista. Aquel letrista olvidado, pero que vosotros recordáis cuando os sentís bien o mal. Me alegra por lo menos saber que os apoyo, pero yo vivo en ese castillo, y sé que no voy a salir.

Mirando por la ventana yo estaba, y en el sendero que bordeaba el castillo vi a un hombre con una gabardina roja que se quedó parado delante de las puertas de la muralla; bajé entonces para ver que quería, o que hacía allí aquel hombre.

Me acerqué a él y le dije.
-Hola, ¿quién eres tú, que ante las puertas de mi castillo se para?
El hombre de rojo abrió su mano, y apareció una rosa roja.
-Gris es tu castillo, ¿por qué no un jardín de rosas para animarlo? Quién sabe, podría hacerte la vida más llevadera.
Extrañado le pregunté:
-¿Y qué precio pones por el jardín de las rosas?
-Simple, cuídalo como si fuera tu vida, si firmas este contrato-Se sacó un contrato del bolsillo de la gabardina-te comprometes a cuidar de ellas como si la vida te costase.
-Lo único que desearía es animar mi vida, si cuidar de unas flores lo conseguiría ¿Por qué no debería hacerlo?
El hombre me dio un bolígrafo, con el cual firmé el contrato.
-Trato hecho pues-dijo ‘’el de la gabardina roja’’-ahora eres el responsable del jardín.

De un chasquido que dio, en frente de mi castillo empezaron a brotar unas preciosas rosas rojas.
-¿Cómo hago para que no se mueran?-pregunté dudoso.
-Simple, estas rosas se alimentan con música, quizás 2 días que lleven sin música sean suficientes para que se mueran, así que intenta darles una buena melodía al día para que las rosas no se marchiten.
-Pero… yo solo soy letrista, no se hacer melodías, es más solo soy un músico fracasado, por mucho que lo intento no se tocar música en condiciones, las rosas se marchitarán en esos 2 días…
-Tú has aceptado, y te has hecho cargo de todas las responsabilidades que ello conlleva, si mueren las flores, asumirás las consecuencias de querer ser feliz.

Como si de aire se tratase, el hombre desapareció.
Ahora yo estaba enfrente a esas rosas, y me enmudecí.
Cuidar de las rosas no sabía, supongo que recibiré mi castigo, acababa de vender mi futuro a un desconocido.
Aquella noche miré por la ventana, triste estaba observando aquellas rosas, se iban a marchitar y yo no podía hacer nada, decidí irme a dormir.